La inclusión no solo abarca a un grupo de personas, es una tarea diaria que debe practicarse inicialmente desde el hogar, esta práctica es fundamental para que la persona con discapacidad pueda sentirse mucho más a gusto a la hora de desenvolverse en la sociedad. No podemos dejar a un lado el principal reto de estas personas, como lo es, combatir los prejuicios, y romper aquellos paradigmas que conllevan a la práctica discriminatoria.
Pero, ¿Qué tan preparada se encuentra la sociedad para convivir con una persona con discapacidad?
Según cifras del Banco Mundial, en su última publicación realizada en abril de 2022, mil millones de personas tienen algún tipo de discapacidad; es el grupo minoritario más grande del mundo. De hecho, cada vez es mayor la conciencia a nivel mundial sobre el desarrollo inclusivo de la discapacidad. La Convención de las Naciones Unidas Sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CPRD) se encarga, dentro de muchas cosas, de promover la integración de las mismas en la sociedad. Refiriéndose específicamente a la importancia que tiene el desarrollo internacional en la protección de sus derechos.
Ahora, ¿Cómo abordamos la discapacidad en el proceso de inclusión laboral?
Abordar la discapacidad en el sector laboral es la fase principal de la diversidad que mayores complejidades presenta, puesto que no se cumplen a cabalidad las regulaciones estatales con respecto al porcentaje de personal con discapacidad que debe formar parte del equipo de una empresa, así como no existen los espacios físicos adecuados para el mejor desenvolvimiento de estas personas. Por esta razón, es fundamental establecer políticas socialmente responsables de inclusión, valorando primeramente sus diferencias y habilidades contribuyendo a mejorar su calidad de vida y su independencia. Por lo tanto, es tan significativo primeramente para la persona, sentirse parte de una organización sin ningún tipo de barreras; como para las organizaciones que puedan contar con excelentes talentos y nuevas ideas que brinden cada una de estas personas, lo que sin duda alguna generará un importante valor agregado y un impulso social evidente.
Si nos detenemos a analizar los aportes positivos que generan las personas con discapacidad dentro de una organización, estaríamos hablando de:
- Generar mayor credibilidad y confianza corporativa.
- Promover el trabajo en equipo y
- Afianzar el valor de la inclusión, generando mayor aceptación a la diversidad.
En Venezuela nuestra constitución, refiriéndose a las personas con discapacidad, respalda el derecho de igualdad; especificando de esta manera el derecho al ejercicio pleno y autónomo de las capacidades. Garantizando así la participación en la sociedad, el respeto a la dignidad y las condiciones laborales satisfactorias. A su vez, el Estado proveerá la formación, capacitación y acceso acorde con sus condiciones.
Sería importante preguntarse como empresario, si estamos tomando en cuenta el potencial y el valor que tomarían nuestras organizaciones si abrimos paso a la inclusión y comenzamos a romper paradigmas.
Winderling Sarmiento
Especialista en RR.HH 5.0
@winderlingsarmiento
CEO y Co-Fundadora de Piú Talent